La depilación con láser diodo consiste en aplicar un haz de luz que calienta los folículos pilosos. El calor se difunde a través del pelo y provoca su destrucción.
El tratamiento se realiza en consulta, previa valoración médica, para elaborar una historia clínica e indicar el número de sesiones necesarias.
Es necesario no haber realizado ningún método de depilación que arranque el pelo, como la depilación con cera o con pinzas, como mínimo un mes previo al tratamiento. Así mismo, la piel no debe haber estado expuesta al sol.
Después del tratamiento es normal que se produzca un leve enrojecimiento de la zona, que desaparece a los poco minutos. Se puede continuar con la actividad normal inmediatamente.
Se recomienda no acudir a piscinas o saunas el mismo día del tratamiento ni exponerse al sol, así como protegerse del mismo en el siguiente mes.
La frecuencia de repetición de cada sesión varía según la zona que se depile: un mes en la cara y dos meses en el resto del cuerpo. En cada sesión se verá una disminución del 20-30 % de los folículos pilosos tratados. Como media son necesarias de 6 a 8 sesiones para conseguir una depilación duradera.
